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Enfermedad corneal felina
Introducción
La enfermedad corneal felina abarca un grupo de alteraciones que afectan la córnea del gato, incluyendo úlceras herpéticas, secuestro corneal, hydrops (edema corneal severo) y queratitis/queratoconjuntivitis eosinofílica. Los signos clínicos comunes son dolor ocular, secreción ocular, blefaroespasmo y opacidad corneal de diferentes grados. El tratamiento varía según la causa e incluye desde colirios antibióticos o antivirales hasta cirugía en casos determinados. La detección temprana es clave para evitar complicaciones y preservar la visión.
Figura 1
Queratitis eosinofílica. Apariencia irregular de la córnea con placas blanquecinas o rosadas que suelen tener un aspecto granulomatoso (llamadas cottage cheese deposits en inglés). Estas lesiones, que pueden sobresalir ligeramente de la superficie corneal, se localizan típicamente en el borde temporal de la córnea, menos comúnmente en el nasal, aunque pueden extenderse si no se tratan adecuadamente. La presencia de vascularización asociada puede variar, pero siempre suele estar presente.
Figura 2
Secuestro corneal. Lesión bien delimitada, de color marrón oscuro a negro, que puede variar de profundidad. Esta área puede estar o no asociada con vascularización corneal de diferente intensidad y puede ir acompañada de blefaroespasmo y secreción ocular desde serosa hasta mucopurulenta. La superficie corneal puede verse irregular y, en casos más avanzados, el secuestro puede ulcerarse o protruir. Esta condición es más frecuente en razas braquicéfalas como el persa o el himalayo, y suele requerir tratamiento quirúrgico, como la queratectomía acompañada o no de injerto corneal.
Figura 3
Secuestro corneal causado por entropion. Zona oscura marronácea, bien delimitada en el centro o zona paracentral. Esta lesión puede acompañarse de edema, vascularización corneal y posible ulceración. El entropion en gatos es a veces causado por enoftalmia, común en gatos geriátricos. Provoca el contacto una irritación constante en la córnea, lo que genera irritación crónica que desencadena el secuestro. Clínicamente, puede observarse blefaroespasmo y secreción marronácea.
Figura 4
Úlcera corneal dendrítica. Presencia de lesiones superficiales, en forma de ramificaciones lineales, patognomónicas de infección por Herpesvirus Felino-1 (FHV-1). Estas úlceras suelen ser superficiales, dolorosas y se tiñen de forma brillante con fluoresceína o rosa de bengala. La córnea puede mostrar edema, opacidad y vascularización periférica. El ojo afectado puede presentar blefaroespasmo, secreción mucosa e hiperemia conjuntival y, en casos recurrentes, puede desembocar en la formación de un secuestro corneal.
Figura 5
Úlcera corneal geográfica. Lesión superficial extensa, irregular y con bordes festoneados, que suele tener una forma geográfica. Esta úlcera es una progresión de las dendríticas, causada por la replicación viral activa en el epitelio corneal. La lesión se tiñe intensamente con fluoresceína y puede acompañarse de edema corneal, hiperemia conjuntival severa, blefaroespasmo y secreción mucosa o mucopurulenta. Es una lesión dolorosa y de evolución variable, típica en gatos con infección por FHV-1.
Figura 6
Queratitis estromal herpética. Córnea con opacidad blanquecina o grisácea difusa en el estroma, generalmente sin ulceración activa. Esta lesión es el resultado de una reacción inmunomediada crónica frente al FHV-1. Está asociada con vascularización corneal superficial o profunda, así como engrosamiento corneal. Clínicamente, el gato puede mostrar blefaroespasmo y secreción ocular moderada, aunque el dolor suele ser menos intenso que en las formas ulcerativas. Esta condición tiende a ser bilateral y recurrente.
Figura 7
Simbléfaron. Córnea parcialmente cubierta por adherencias entre la conjuntiva y la córnea, que suelen ser secuela de infecciones graves por FHV-1, especialmente en gatos cachorros. Estas membranas cicatriciales pueden ser finas o gruesas, y limitar el movimiento del globo ocular y comprometer la distribución de la lágrima. La córnea puede presentar opacidades, vascularización y pigmentación secundaria a la exposición. El simbléfaron puede afectar la visión dependiendo de su extensión y localización.
Figura 8
Hydrops. Córnea marcadamente opaca, edematosa y de aspecto azulado o blanquecino, debido a la entrada masiva de humor acuoso en el estroma posiblemente tras una ruptura de la membrana de Descemet. La superficie puede estar abombada y, en casos severos, la córnea puede presentar deformación severa impidiendo el parpadeo y distribución de lágrima. El ojo afectado suele mostrar dolor, blefaroespasmo, secreción mucosa o mucopurulenta y, en ocasiones, vascularización de la córnea. Es una condición grave que compromete la transparencia corneal y puede amenazar la visión si no se trata adecuadamente.