Revista Oficial de AVEPA

Clínica Veterinaria de Pequeños Animales - Volumen 35 / Nº 3 / Septiembre 2015

Staphylococcus multirresistentes a los antibióticos y su importancia en medicina veterinaria

Antibiotic multiresistant Staphylococcus and their importance in veterinary medicine

A. M. Ríos, M. R. Baquero, G. Ortiz, T. Ayllón, L. Smit, M. Rodríguez-Domínguez, A. Sánchez-Díaz

Contacto: ariosboe@uax.es

Resumen

Staphylococcus intermedius ha sido durante los últimos años el principal Staphylococcus coagulasa positivo patógeno aislado de la piel y de las mucosas del perro. Sin embargo, hallazgos recientes han cambiado nuestro conocimiento del termino “S. intermedius”, y han conducido a los bacteriólogos a asegurar una identificación correcta de las especies de Staphylococcus patógenas en pequeños animales. En primer lugar, el aumento del reconocimiento de cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina (SARM) en la práctica de pequeños animales y su implicación en la salud humana, ha demandado una adecuada identificación de estas especies. Segundo, la aplicación de técnicas moleculares ha llevado a la revisión taxonómica de los S. intermedius, que han sido renombrados como pseudintermedius. Por ultimo, el rápido y reciente surgimiento de cepas de Staphylococcus pseudintermedius resistentes a la meticilina (SPRM) y a otras familias de antibióticos, constituyen un reto terapéutico en la práctica veterinaria de todo el mundo. Este artículo resume los recientes conocimientos en relación con los cambios taxonómicos del género Staphylococcus, revisando los aspectos más importantes de los SPRM y su implicación en el diagnóstico de laboratorio y en el manejo clínico y prevención de este patógeno en la clínica veterinaria diaria.

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Palabras clave: SPRM, Staphylococcus pseudintermedius, Staphylococcus multirresistentes.

Clin. Vet. Peq. Anim, 2015, 35 (3): 149-161

Summary

Staphylococcus intermedius has been the predominant coagulase-positive Staphylococcus isolated from canine skin and mucosae and the most commonly reported staphylococcal pathogen in small animal practice for the last years. However, recent developments have changed our understanding of the term “S. intermedius” and have challenged bacteriologists to ensure correct species identification of pathogenic staphylococci from small animals. First, the increasing recognition of meticillin-resistant Staphylococcus aureus (MRSA) in small animal practice and its human health implications, demand accurate species identification. Secondly, the application of molecular techniques has led to a revised taxonomy of canine isolates of S. intermedius, being re-named S. pseudintermedius. Thirdly, the recent, rapid emergence of meticillin- and multi-drug-resistant strains of Staphylococcus pseudintermedius (MRSP), has become a major therapeutic challenge in veterinary practice worldwide. This article discusses the background of the recent taxonomic changes within the genus Staphylococcus and reviews the key features of MRSP and its implications for day-to-day laboratory diagnosis, clinical management and prevention in small animal practice.

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Keywords: RMSP, Staphylococcus pseudintermedius, Multi-drug-resistant Staphylococcus.

Clin. Vet. Peq. Anim, 2015, 35 (3): 149-161
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Introducción

Staphylococcus aureus es fundamentalmente un comensal humano, mientras que Staphylococcus pseudintermedius es la bacteria comensal más frecuente en piel y mucosas de la especie canina, pudiendo convertirse en un patógeno ocasional.1

Los recientes cambios en la taxonomía del Staphylococcus y el surgimiento de cepas resistentes a la meticilina y a otras familias de antibióticos, ha complicado el tratamiento de las infecciones por este tipo de bacterias de forma considerable, renovando el interés de la comunidad científica en el Staphylococcus pseudintermedius. En los últimos años se han desarrollado nuevas herramientas de diagnóstico, que han permitido obtener un conocimiento más extenso de la ecología, epidemiología, y virulencia de esta especie.1

Las bacterias del género Staphylococcus resistentes a la meticilina (SRM), principalmente S. aureus y S. pseudintermedius (SARM y SPRM), constituyen un reto para la profesión veterinaria, ya que pueden ser una causa de morbilidad y mortalidad en animales de compañía y de abasto. Estas bacterias, además, pueden constituir un riesgo zoonótico. Independientemente del riesgo de transmisión, el miedo a una situación de contagio puede afectar a los lazos de unión entre las personas y sus mascotas. Por otra parte, la colonización en animales domésticos por este tipo de microorganismos puede constituir un riesgo sanitario para los profesionales veterinarios.

Otro factor de preocupación en este momento, estriba en la diseminación geográfica y la transmisión horizontal de genes de resistencia desde los SPRM a bacterias patógenas pertenecientes a la especie humana. Por lo tanto, es de vital importancia la implantación de rigurosas medidas de higiene y educación sanitaria en propietarios y personal sanitario que estén en contacto con mascotas infectadas con SRM.2

Debido, además, a que la aparición de los SPRM parece estar relacionada con la utilización de antibióticos, la restricción legal del uso de antimicrobianos en medicina veterinaria es una medida que está en el horizonte, al menos en algunos países de nuestro entorno.2 Por lo tanto, la investigación de estrategias terapéuticas óptimas con los antibióticos existentes, y las alternativas a los tratamientos convencionales, incluyendo las terapias tópicas, requieren de estudios científicos urgentes. Todos los esfuerzos deben estar dirigidos a la utilización responsable de los antibióticos por el profesional veterinario, evitando el uso de aquellos que estén reservados para su utilización en personas gravemente enfermas.

En la actualidad hay una evidencia comprobada de que los hospitales veterinarios juegan un papel en la trasmisión de organismos multirresistentes, no sólo debido a la administración de antibióticos, sino también por el estrecho contacto que se establece entre personas y animales.1,2 Por lo tanto, las medidas de control y bioseguridad ambiental, son otras de las asignaturas pendientes en clínicas y hospitales veterinarios (utilización juiciosa de los antibióticos, medidas de asepsia en los procedimientos quirúrgicos y médicos, aislamiento de pacientes infectados con SRM).

Otro aspecto importante, es el relacionado con la variabilidad fenotípica de las bacterias pertenecientes al “Grupo S. intermedius” (GSI) y la necesidad de una diferenciación fiable entre los SARM y los SPRM, los cuales representan un reto para los laboratorios de diagnóstico veterinario, donde los procedimientos rutinarios de diagnóstico microbiológico deberán ser revisados y actualizados.1

Introducción al Staphylococcus spp

El género Staphylococcus está constituido por cocos, Gram-positivos, catalasa positivos, anaerobios facultativos, que generalmente se encuentran formando agrupaciones cuando se observan al microscopio.2,3 Las especies más patógenas poseen coagulasa, una enzima que coagula el plasma, ya que convierte el fibrinógeno en fibrina. Los Staphylococcus coagulasa negativos (SCoN) son patógenos menores que generalmente causan infecciones oportunistas en pacientes inmunocomprometidos.

Las bacterias del género Staphylococcus son bacterias patógenas oportunistas en la mayoría de las especies animales. Las especies coagulasa positivas con mayor significación clínica son: Staphylococcus pseudintermedius, Staphylococcus aureus, Staphylococcus hyicus y Staphylococcus schleiferi subsp. coagulans (SSCoP) . S. aureus es el patógeno más frecuente en el hombre, mientras que S. pseudintermedius y S. schleiferi son los principales patógenos en el perro.4-6

Diversidad genética del Staphylococcus. Reclasificación de la especie

S. pseudintermedius fue descrito en el año 2005, tras realizar análisis moleculares de muestras de gatos, perros, caballos y loros. Su fenotipo era similar al S. intermedius y al S. delphini, especies descritas procedentes de delfines en 1988.7 En el año 2007, dos grupos de investigación publicaron detalles del análisis filogenético de muestras de S. intermedius de Japón8 y Europa,9 con hallazgos similares. Estos autores demostraron que todas las cepas provenientes de perros, gatos y seres humanos fueron muestras de S. pseudintermedius. La mayoría de las cepas provenientes de paloma torcaz fueron S. intermedius, y la mayoría de las cepas derivadas de caballos y palomas domésticas fueron ejemplos de S. delphini.

Los recientes estudios moleculares, consolidan la aparición del término “Grupo S. intermedius” (GSI), el cual comprende tres grandes subgrupos: S. intermedius, S. delphini y S. pseudintermedius.8-11

Se ha propuesto que todas las cepas provenientes de perros pertenecen a S. pseudintermedius, a menos que futuras investigaciones del genoma evidencien nuevas especies relacionadas.12

Patogenicidad de las especies de Staphylococcus

Las infecciones superficiales son consecuencia de alteraciones de los mecanismos de defensa de barrera de la piel y membranas mucosas, secundarias a alteraciones físicas o inmunológicas. Las infecciones invasivas son consecuencia de la ascensión a lo largo de los tractos epiteliales, a través de heridas penetrantes o mediante propagación hematógena. Las bacterias del género Staphylococcus son habitantes normales de la piel y de las membranas mucosas de todos los mamíferos y aves. En consecuencia, definir qué es “patógeno” puede suponer todo un desafío clínico. Tradicionalmente, se ha considerado como patógenos “verdaderos” a los Staphylococcus coagulasa positivos (SCoP), tales como S. aureus, S. pseudintermedius y S. hyicus, mientras que los Staphylococcus coagulasa negativos (SCoN) se han considerado como residentes o comensales transitorios no patógenos. Sin embargo, es probable que este punto de vista sea demasiado simple, y el paradigma esté cambiando en medicina humana.13 Esto ocurre, en parte, por el aumento de la prevalencia de situaciones de inmunosupresión en la población humana, lo que ha permitido una mayor susceptibilidad a organismos menos virulentos. Para agravar el problema, los SCoN suelen expresar unos patrones de amplia resistencia a antibióticos.14

En perros sanos, S. pseudintermedius es parte de la microflora cutánea y coloniza la piel, el pelo y en particular las uniones mucocutáneas como la nariz, boca y ano (Fig 1).1,4,5,15,16 La piel de los cachorros está colonizada por el S. pseudintermedius poco después de nacer, posiblemente por una transmisión vertical a través de la madre.17

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Figura 1

Porcentaje de colonización de Staphylococcus pseudintermedius en las diferentes partes del cuerpo del perro (Datos obtenidos de: Bannoehr J, Guardabassi L. Staphylococcus pseudintermedius in the dog: taxonomy, diagnostics, ecology, epidemiology and pathogenicity. Vet Dermatol 2012; 23(4):253–66, e51–2).

S. pseudintermedius constituye el 90% de los Staphylococcus aislados de los portadores sanos y de los perros con problemas cutáneos.6,18-20

S. pseudintermedius no coloniza de forma habitual al ser humano, pero la transmisión entre el perro y su dueño es posible y se ha descrito recientemente en varios estudios. El S. pseudintermedius tiene una prevalencia que oscila entre el 0% en personas sanas, al 0,05% en personas hospitalizadas, y del 3,7% en propietarios de perros sanos, al 31% de propietarios con perros atópicos.20-24

Parecen existir marcadas diferencias en la ecología del S. pseudintermedius comparado con S. aureus. Por ejemplo, las fosas nasales de las personas es el principal nicho del S. aureus, mientras que S. pseudintermedius coloniza principalmente la cavidad oral y la zona perianal del perro (Fig. 1). Además, la presencia de S. pseudintermedius en el perro es más frecuente y más heterogénea que su homólogo en el ser humano. Esta colonización frecuente y heterogénea puede ser el reflejo de los patrones de comportamiento y aseo de la especie canina.1

S. pseudintermedius es un patógeno oportunista y no causa enfermedad, a menos que falle la resistencia del hospedador o que la barrera cutánea se altere por factores como: dermatitis atópica, procedimientos médicos, quirúrgicos o factores ambientales. Se desprenden de la piel y el pelo hacia el ambiente y pueden sobrevivir durante meses.3 En general, la infección bacteriana no suele ser contagiosa entre animales infectados y animales sanos.

De forma similar a lo que sucede con la infección por S. aureus en personas, la colonización parece ser un factor de riesgo y, en la mayoría de las situaciones, los perros se infectan con cepas que colonizan su propio cuerpo.1

S. pseudintermedius se adhiere a los queratinocitos de la piel en perros sanos, pero su capacidad de adherencia es mayor en perros atópicos25-28. S. pseudintermedius es el principal patógeno en las piodermas superficiales y profundas. Además, se aísla frecuentemente en otitis externas, heridas infectadas e infecciones del tracto urinario del perro.1,18

Comparado con S. aureus, conocemos relativamente poco sobre la patogénesis de la infección por S. pseudintermedius. Sabemos que produce factores de virulencia similares al S. aureus como coagulasas, proteasas, termo nucleasas, y toxinas como la hemolisina, toxinas exfoliativas y enterotoxinas.29 S. pseudintermedius tiene la capacidad para unirse al fibrinógeno, fibronectina y citoqueratina, indicando la presencia de adhesinas superficiales similares a otras bacterias Gram-positivas. Además, una proteína captadora de inmunoglobulinas, similar a la proteína A producida por el S. aureus, se ha secuenciado y caracterizado parcialmente.29

Identificación fenotípica y genotípica de las especies de Staphylococcus

Antes del surgimiento de los SARM como patógenos en el perro, la identificación de especie de los Staphylococcus coagulasa positivos (SCoP) aislados en perros no tenía importancia clínica; sin embargo, la identificación de la especie y la diferenciación entre S. aureus y S. pseudintermedius es esencial actualmente, ya que existen diferencias sustanciales en cuanto al potencial zoonótico entre estas dos especies, y sus puntos de corte en las pruebas de sensibilidad in vivo pueden ser diferentes.3

En la actualidad, la diferenciación entre los miembros del GSI requiere tests moleculares.8,30 Sin embargo la diferenciación entre S. aureus y S. pseudintermedius es factible mediante la realización cuidadosa de test fenotípicos.3

S. pseudintermedius contiene más de 60 genotipos diferentes, lo cual indica una gran diversidad genética; sin embargo, se han aislado los mismos genotipos en diferentes países, lo que sugiere una amplia distribución de los clones predominantes. La diversidad clonal y su amplia distribución geográfica, sugieren que S. pseudintermedius ha evolucionado con su hospedador durante un largo periodo de tiempo en términos evolutivos.11 Los genotipos de S. pseudintermedius asociados a enfermedad en los seres humanos son idénticos a los de los comensales aislados en perros, lo que sugiere que las infecciones humanas son debidas a una transmisión zoonótica por parte del perro.31

Resistencia a los antibióticos del género Staphylococcus. Aparición de SARM y SPRM

Desde el punto de vista histórico, las infecciones por bacterias del genero Staphylococcus estaban asociadas a una gran morbilidad y mortalidad.32 Con el descubrimiento de la penicilina, este panorama cambió. La penicilina y otros antibióticos β-lactámicos actúan inhibiendo las trans-peptidasas, necesarias para la formación de peptidoglicanos en la pared celular de la bacteria.33 Algunos Staphylococcus producen una enzima β-lactamasa que destruye el anillo β-lactámico de las penicilinas, haciéndolas ineficaces.33

La meticilina fue desarrollada como un antibiótico resistente a las β-lactamasas. Un año después de la introducción de la meticilina en 1960, se aisló la primera cepa de S. aureus resistente a la misma.34

Pese a que la meticilina fue rápidamente descartada como medicamento debido a sus efectos adversos, algunos Staphylococcus resistentes a los antibióticos β-lactámicos todavía son denominados en la actualidad como resistentes a la meticilina.32,35

Los Staphylococcus resistentes a la meticilina son resistentes a todos los antibióticos β-lactámicos, incluyendo las cefalosporinas, las penicilinas, las combinaciones con ácido clavulánico y los antibióticos carbapenémicos, aunque se han descrito Staphylococcus resistentes a la meticilina sensibles a las cefalosporinas de cuarta y quinta generación.36,37 Actualmente, se utiliza la oxacilina en los laboratorios microbiológicos para comprobar la sensibilidad de una bacteria a la totalidad de esta clase de antibióticos.38

La resistencia a la meticilina tiene una importancia relevante debido a la presencia del gen mecA, el cuál codifica una proteína fijadora de penicilinas alterada (PBP2a) que tiene una afinidad baja por todos los antibióticos beta-lactámicos.39 Entre los Staphylococcus, el gen mecA se localiza en un elemento genético móvil conocido como SCCmec. Este gen ha sido identificado en S. aureus, S. schleiferi subsp. coagulans, S. schleiferi subsp. schleiferi (SSCoN) y S. pseudintermedius.40,41 La evolución y el origen del gen mecA es desconocido, aunque se ha sugerido que podría haber surgido a partir del Staphylococcus sciuri, una bacteria coagulasa negativa que se aísla frecuentemente en animales.42

El gen mecA, transportado en el “cassette” cromosómico móvil SCCmec, puede ser transferido de un Staphylococcus a otro de la misma o diferente especie.43 Por lo tanto, un Staphylococcus sensible a los antibióticos β-lactámicos puede volverse resistente a dichos antibióticos a través de la transferencia horizontal del SCCmec de una cepa resistente, creando una nueva cepa de S. pseudintermedius resistente a la meticilina.43

Otro factor preocupante es la aparición de organismos multirresistentes. La multirresistencia fue definida (por Coombs y colaboradores) como la resistencia mostrada in vitro al menos a tres clases diferentes de antibióticos, además de a los antibióticos β-lactámicos.35,44,45 Un estudio realizado por Bemis y colaboradores, observó que más del 90% de los SPRM eran resistentes a más de 4 familias de antibióticos.46

Resistencia a los antibióticos del SPRM

En el pasado, la mayoría de las infecciones por S. pseudintermedius eran tratadas con éxito con antibióticos elegidos de forma empírica o en base a un antibiograma. La resistencia a múltiples antibióticos, descrita por Coombs, así como la resistencia al menos a tres clases diferentes de antibióticos, además de a los β-lactámicos, ha sido extremadamente rara.45,47-50 De hecho, la resistencia a cualquier tipo de cefalosporinas de primera generación, hace unos años no estaba documentada.47 En Europa se describió por primera vez en el año 2005 un S. pseudintermedius procedente de un perro asistido en una clínica dermatológica del centro de Alemania, resistente a la meticilina y a otros tipos de antibióticos.41

En los últimos años se han identificado un número creciente de SPRM en Europa, principalmente durante los años 2005 y 2006.41,51-53 A semejanza del S. pseudintermedius, la sensibilidad a los antibióticos del SPRM también parece tener variación geográfica.50,52,54-56 El clon predominante de SPRM en America del Norte es el ST-68, mientras que en Europa y Asia el clon predominante es el ST-71 (Fig. 2).18

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Figura 2

Epidemiología del SPRM. Distribución geográfica de los clones ST-68 y ST-71.

Según los datos disponibles en América del Norte, la mayoría de los SPRM son sensibles al cloranfenicol, la rifampicina y la amikacina; mientras que en Europa, los organismos son resistentes al cloranfenicol, pero sensibles a la minocilina, lo cual puede indicar diferencias en los patrones de sensibilidad de los SPRM en diferentes localizaciones geográficas (Tabla 1).18

Tabla

ATB: antibiótico. Siglas antibióticos: Oxacilina (OXA); Ampicilina (AMP); Cefoxitina (FOX); Enrofloxacina (ENO); Ciprofloxacina (CIP); Difloxacino (DIF); Gentamicina (GM);Kanamicina (KAN); Tobramicina (TO);Tetraciclina (TYC); Eritromicina (ERI); Espiramicina (SPE); Clindamicina (CLI); Lincomicina (LIN); Cloranfenicol (CHL); Rifampicina (RIF); Sulfametoxazol-Trimetroprim (STX); Acido Fusídico (AF).

SPRM en los animales, en el ser humano y en el ambiente

Colonización e infección por SPRM en el perro

La prevalencia de SPRM en perros sanos oscila del 0 al 7%, del 3 al 8% en perros de refugio, y del 7 al 66% en perros con piodermas (Tabla 2).6,13,55,57-68

Tabla

La prevalencia de SPRM en mucosas de perros parece variar también con la localización geográfica. Estudios realizados en Japón en el 2010 señalan una prevalencia del 66,7 % en perros con pioderma.66

En Europa la prevalencia en perros descrita es menor, pero se ha incrementado en los últimos años.41,52,55,57-59,69

Los factores de riesgo en el perro, de padecer infecciones o colonizaciones por SPRM descritos en la literatura científica son: haber estado hospitalizado, haber recibido tratamiento con antibióticos y, en menor medida, haber sido tratado con glucocorticoides y recibido medicación tópica para el oído (Fig. 3).67,70-73

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Figura 3

Colonización por SPRM en animales hospitalizados. Los perros que permanecen hospitalizados y/o han recibido antibióticos tienen más riesgo de padecer colonizaciones o infecciones por SPRM. A su vez, pueden contaminar a los profesionales veterinarios, a los enseres y al ambiente.

 

Colonización e infección por SPRM en personas

La colonización en personas por SPRM aumenta si están en contacto con una mascota con SPRM, oscilando entre el 3-50% en propietarios y veterinarios clínicos.49,66,71,73-75 En la actualidad se considera que los veterinarios y el personal de hospitales y clínicas veterinarias son portadores nasales de SPRM con una frecuencia de un 3-5,3% (Tabla 3).61,64,74-76

Tabla

Varios trabajos demuestran que existe un intercambio de Staphylococcus entre animales en contacto, pero que la colonización en personas es poco frecuente y transitoria.61,75,79,80 Aunque la colonización sin sintomatología por S. pseudintermedius procedentes del perro sucede en raras ocasiones, puede acarrear dificultades terapéuticas si se trata de un SPRM.81 Por lo tanto, el SPRM canino debe considerarse como una fuente potencial de transmisión del SCCmec y de otros elementos móviles que determinen la resistencia a los antibióticos de Staphylococcus en piel y mucosas de personas.49

 

Presencia de SPRM en el ambiente y en los enseres

La dispersión del S. pseudintermedius procedente de la piel del perro y del gato es la causa de la aparición de esta bacteria en el medio ambiente, y puede servir como reservorio de patógenos multirresistentes.77,82 La siguiente tabla resume la prevalencia de SPRM descrita en diferentes ambientes que han estado en contacto con pacientes colonizados o infectados por SPRM (Tabla 4).

Tabla

Los SPRM se han aislado en hogares seis meses después de la resolución de la infección en el perro y en lugares inaccesibles a la mascota.79

En los hospitales de personas, la permanencia en unidades de cuidados intensivos (UCIs) representa un factor de riesgo para ser colonizado por SRM.84 Este incremento en el riesgo parece producirse a causa de la utilización de grandes dosis de antibióticos y de muchos procedimientos diagnósticos y terapéuticos agresivos, como catéteres intravenosos y urinarios. Estos factores de riesgo no están bien definidos en veterinaria, pero teniendo en cuenta que el área de hospitalización de los hospitales veterinarios es un lugar donde coinciden un alto número de personas trabajando y animales confinados, es bastante probable que las zonas de hospitalización sean las áreas con mayor colonización ambiental por SRM.

Los SRM parecen sobrevivir durante meses en el ambiente y pueden ser aislados de cualquier superficie hospitalaria, incluyendo mesas de tratamiento, jaulas, tiradores de puertas y suelos, permaneciendo en el ambiente durante largos períodos de tiempo (Fig. 3).18,82,83,85-90

Tratamiento de las infecciones por SPRM e importancia en la salud pública

Aunque las bacterias del género Staphylococcus resistentes a la meticilina no están siempre asociadas a la resistencia a múltiples antibióticos, la mayoría de los SPRM descritos en la literatura científica son resistentes a gran parte de los medicamentos más relevantes en veterinaria.

El clon Europeo dominante de SPRM, el ST-71, presenta resistencia a los antibióticos β-lactámicos, aminoglicósidos, macrólidos, lincosamidas, tetraciclinas, cloranfenicol, trimetroprim y fluoroquinolonas; y solo es sensible a la amikacina, ácido fusídico, rifampicina, minocilina, vancomicina, teicoplanina y linezolid. La mayoría de estos medicamentos no tienen licencia para utilizarse en animales de compañía en algunos países Europeos.45,91

En el año 2009, el Grupo Integrado de Vigilancia en Resistencia Antimicrobiana (AGISAR), perteneciente a la Organización Mundial para la Salud (WHO), editó un documento para ayudar a formular y priorizar riesgos y establecer estrategias para luchar contra la resistencia antimicrobiana.92 Los agentes antibacterianos fueron clasificados como importantes, altamente importantes, y de importancia crítica teniendo en cuenta su papel como única terapia o como parte de una serie de alternativas para tratar enfermedades humanas de carácter grave, o enfermedades causadas por organismos transmitidos por una fuente no-humana, o por organismos que tuvieran capacidad de adquirir resistencias en fuentes no-humanas.92

La amikacina y la rifampicina son mencionadas como de importancia crítica para el tratamiento de las infecciones por micobacterias en medicina humana, mientras que la vancomicina, la teicoplanina y el linezolid son de importancia crítica en el manejo de los SARM y Enterococcus multirresistentes. El ácido fusídico es el único antibiótico activo contra los SPRM caninos que está fuera de esta categoría, siendo altamente importante en relación con el tratamiento de los SARM.92

Las infecciones cutáneas superficiales y algunas heridas provocadas por SPRM pueden ser tratadas con terapia tópica combinada con la corrección de las causas subyacentes, además de la eliminación de material extraño como suturas e implantes. Loeffler y colaboradores resolvieron cinco casos de siete, en perros con pioderma superficial causada por SPRM, utilizando ácido fusídico, clorhexidina tópica o champú de lactato de etilo41. Un estudio reciente, que compara la eficacia in vitro de champús antibacterianos, ha demostrado que la clorhexidina es más efectiva, tanto para el SPRM como para el SARM, que el peróxido de benzoilo y el lactato de etilo.93 El tiempo de contacto recomendado es de 10 minutos, con una frecuencia de tres lavados semanales.93,94 Para lesiones focales se ha recomendado la clorhexidina en spray, la mupirocina en crema, el gel de peróxido de benzoilo, el ácido fusídico o la nisina.95,96

La rifampicina es un antibiótico bactericida activo contra la mayoría de los SPRM.35 Puede administrarse de forma oral, pero tiene un alto riesgo de crear resistencias durante el tratamiento, especialmente si se utiliza en solitario; además produce hepatotoxicidad, por lo que se debe seguir un estricto seguimiento médico.97 Se han descrito SPRM que de forma individual son resistentes a la rifampicina.45,97

La resistencia a la vancomicina, a la teicoplanina y al linezolid no ha sido descrita hasta el momento,45,52 aunque la comunidad científica ha cuestionado si es apropiado utilizar estos medicamentos en animales, por las razones expuestas previamente.51

La literatura científica recomienda la descolonización como terapia adyuvante en las infecciones por SRM, aunque su eficacia es controvertida. Agentes tópicos como la mupirocina, el ácido fusídico o la clorhexidina se aplican en las localizaciones portadoras con el objetivo de erradicar los SRM y permitir la colonización de otros Staphylococcus menos resistentes. Hasta el momento no se han realizado estudios relacionados con la descolonización nasal/anal en perros con SPRM, aunque se ha demostrado que el ácido fusídico reduce la colonización de S. pseudintermedius en perros de raza Beagle sanos.98 La terapia sistémica con cefpodoxima no elimina los SCoP en lugares de colonización,99 además de que las cefalosporinas de tercera generación son de importancia crítica en medicina humana.

Medidas de prevención y control de las infecciones por SRM

Existe una amplia documentación del control de las infecciones por SARM en medicina humana que puede ser aplicable en medicina veterinaria. Sin embargo, algunas medidas no se pueden extrapolar, ya que existen diferencias epidemiológicas.100 A semejanza de la medicina humana, la higiene de las manos es una parte fundamental para la prevención de la diseminación de SARM y SPRM entre animales, y entre animales y personas.101 El lavado de las manos y la desinfección de las superficies de trabajo entre pacientes con productos de base alcohólica, suele ser un método adecuado (Fig. 4).18,37,102,103 Otras medidas de prevención incluyen el vestir uniformes que puedan ser lavados en la empresa, la utilización de guantes y mascarillas desechables, así como la utilización de gafas si se utilizan aerosoles (Fig. 4). El uso de técnicas quirúrgicas estrictamente asépticas es fundamental para el control de los SARM y SPRM. Aunque la desinfección de los suelos no parece ser importante en medicina humana, no sucede lo mismo en medicina veterinaria.103

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Figura 4

Medidas recomendadas por la Federación de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía Europeas (FECAVA) para el mantenimiento de la higiene y el control de las infecciones en la practica veterinaria. (Imagen reproducida con la autorización de la FECAVA).

La identificación de animales con colonización o infección es importante, pero el análisis rutinario a los pacientes antes de su admisión en clínicas veterinarias es probablemente poco práctico. Por lo tanto, es probable que un número bajo de pacientes presenten colonización, pero que ésta no sea detectada. Sin embargo, la identificación de los organismos en casos sospechosos de infección por SARM o SPRM, es prioritario. Se deben realizar cultivos microbiológicos en animales con heridas complicadas, en infecciones que no respondan a los antibióticos o en las infecciones nosocomiales.104 Además, los pacientes hospitalizados deberán ser testados, en el caso de que se haya diagnosticado algún caso de transmisión de SARM o SPRM o si se conociera la existencia de personal veterinario colonizado.3,104

Los animales identificados o sospechosos de ser positivos deben ser admitidos directamente en la consulta, para evitar el contacto con otros pacientes en la sala de espera. Si han de ser admitidos en hospitalización, deben tener medidas especiales de aislamiento,89,105 ya que los animales sanos que han estado en contacto con mascotas infectadas con SPRM tienen incidencias mayores de ser colonizados por la misma.75 La terapia antibiótica deberá estar basada en los antibiogramas e ir acompañada de otras medidas como la retirada de implantes.106

No se ha estudiado específicamente la utilización de agentes descontaminantes ambientales contra el SPRM. La concentración mínima inhibitoria de biocidas utilizados para la eliminación de SPRM en la piel fue una concentración baja, en un estudio que investigó la clorhexidina, la povidona yodada y el triclosan.107 De manera preocupante, un estudio reciente reveló el fracaso de los procedimientos rutinarios de limpieza en un hospital veterinario en la eliminación de SPRM contaminantes, lo que indica que se necesitan estudios de investigación sobre métodos estandarizados para control de contaminación bacteriana y sobre la utilización correcta de biocidas en las instalaciones sanitarias veterinarias.18,86

La vigilancia del personal veterinario es un aspecto controvertido, ya que puede ir contra la confidencialidad y provocar estigmatización. La cooperación entre la profesión médica y veterinaria es fundamental para identificar a las personas portadoras e instaurar medidas de control efectivas en la práctica veterinaria.104

 

Fuente de financiación: Este trabajo no se ha realizado con fondos comerciales, públicos o del sector privado.

Conflicto de intereses: Los autores declaran que no existe conflicto de intereses en los datos publicados.

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